lunes, 11 de mayo de 2009

EL PERIODO DE LA II REPUBLICA


Con la proclamación de la II República en 1931, se hace cargo de la notaría de Coria del Río (Sevilla), donde construye su casa, a la que denomina Dar al-Farah ('Casa de la Alegría') inspirada en la arquitectura de Al-Ándalus, encargándose personalmente de su decoración.

Blas Infante preside la Junta Liberalista Andaluza(JLA) y vuelve a presentarse a distintas candidaturas por el Partido Republicano Federal; sin embargo no consigue representación parlamentaria. Los puntos esenciales de la campaña política son: el repudio al centralismo frente a un federalismo necesario, solución al caciquismo y del complicado sistema electoral, reforma económica y de la justicia, libertad de enseñanza, de matrimonio, etc.. Estas ideas y lo promovido en la JLA tendrá gran importancia en la redacción del anteproyecto de estatuto de autonomía, redactado en gran parte por el propio Blas Infante.

En 1931 publica el libro La verdad sobre el complot de Tablada y el Estado libre de Andalucía. Aunque hay claros brotes independentistas en el andalucismo, a falta de apoyo popular se intenta moderar el discurso y definir el Estado libre de Andalucía como «liberado» de toda opresión, dominación e injusticia y de esta forma poder decidir su futuro. Y esta tendría que venir por medio de una gran reforma agraria dentro de una nueva España republicana y federal.

Se presenta de nuevo en las elecciones de noviembre de 1933 por Málaga dentro de una coalición Izquierda Republicana Andaluza (coalición de los partidos Radical Socialista e Izquierda Radical Socialista), que termina en un nuevo fracaso y en una desilusión notable para Blas Infante. Sale en defensa en bastantes ocasiones del anarquismo, con el que simpatizaba y que estaba siendo duramente reprimido [cita requerida].

En el año 1933 propone que la melodía religiosa del canto jornalero Santo Dios (Himno que los jornaleros cantaban al terminar su día de trabajo), sea el Himno de Andalucía,[5] cambiándole la letra por un texto suyo. Este himno, junto con la bandera y el escudo antes mencionados, elegidos en la Asamblea de Ronda, son los símbolos institucionales andaluces, según el artículo 6.2 del Estatuto de autonomía de Andalucía de 1981.
Andalucía tiene himno y escudo propios que serán aprobados, definitivamente, por Ley del Parlamento de Andalucía, teniendo en cuenta los acuerdos dictados sobre tales extremos por la Asamblea de Ronda de 1918 y por las Juntas Liberalistas de Andalucía en 1933.
Estatuto de Autonomía para Andalucía

En la asamblea de Córdoba, en enero de 1933, se aprueba el Anteproyecto de Bases para el Estatuto de Autonomía de Andalucía de 1933, que se deberá someter a referéndum pero que se irá retrasando hasta que se paraliza por la Guerra Civil en 1936. Sin embargo estudios actuales [cita requerida] ponen de manifiesto que la Asamblea de Córdoba fue un desastre para el andalucismo. Se esperaba la asistencia de más de setecientos asambleístas de las ocho provincias de la actual comunidad andaluza y sólo llegaron a dos centenas. La representación fue desigual: Córdoba y Sevilla aportaron un 70% de los asambleístas, Málaga no llegó al 2%.

Los asambleístas de Granada, Jaén y Almería tenían preparado un anteproyecto para la Mancomunidad de Andalucía Oriental y contaban con el apoyo de Huelva que deseaba unirse a Extremadura. Cuando los asambleístas sevillanos y cordobeses presentaron su anteproyecto los «Orientales» abandonaron la asamblea. Entonces Blas Infante amenazó con «residenciar a las provincias disidentes» y el anteproyecto fue aprobado sin la participación de los asambleístas de Jaén, Almería y Granada y la abstención de los de Málaga.
Monumento a la memoria de Blas Infante, levantado en el lugar de su asesinato

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Los proyectos de mancomunidad monárquicos así como las bases para el Estatuto de 1933, ya en la República los critica por ser «una mera descentralización administrativa». En 1934 visita al presidente de la Generalidad de Cataluña, Lluís Companys, preso junto a otros miembros de su gobierno en el penal de El Puerto de Santa María.

Con la llegada al poder del Frente Popular durante las elecciones de 1936 el movimiento político andalucista recobra fuerzas y durante la asamblea de Sevilla el 5 de julio se aclama como presidente de honor de la futura Junta Regional de Andalucía a Blas Infante.

Poco después del golpe militar, varios miembros de Falange le detienen en su casa de Coria del Río [cita requerida]. Días después, el 11 de agosto, Infante es asesinado por fusilamiento, sin juicio ni sentencia, con otros dos detenidos en el kilómetro 4 de la carretera de Carmona [cita requerida]. Cuatro años más tarde de su asesinato, el Tribunal de Responsabilidades Políticas creado después de la guerra le condena a muerte y a una multa económica a sus descendientes por, según un documento del 4 de mayo de 1940 escrito en Sevilla:
[...] porque formó parte de una candidatura de tendencia revolucionaria en las elecciones de 1931 y en los años sucesivos hasta 1936 se significó como propagandista de un partido andalucista o regionalista andaluz.

En 2002, con el apoyo de la Junta de Andalucía, se estrenó una película sobre la vida de Blas Infante titulada Una pasión singular, escrita y dirigida por Antonio Gonzalo.

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